¿Pueden los perros comer queso?
Muchos perros sufren de sensibilidad a la lactosa, lo que significa que no pueden digerir adecuadamente la lactosa, el azúcar natural que se encuentra en la leche y los productos lácteos. Esta sensibilidad se produce debido a una deficiencia o disminución de la actividad de la lactasa, la enzima responsable de descomponer la lactosa en azúcares más simples (glucosa y galactosa) que pueden ser absorbidos por el organismo. Todo esto significa que no es aconsejable darle a tu perro queso que contenga lactosa.
Si bien los perros nacen con la capacidad de producir lactasa y digerir la leche de su madre cuando son cachorros, muchos perros pierden gradualmente esa capacidad a medida que envejecen. La sensibilidad a la lactosa es más común en ciertas razas, incluidas las de ascendencia asiática, como Shih Tzus, Japanese Chins y Pugs.
Síntomas
Los perros con sensibilidad a la lactosa pueden experimentar síntomas gastrointestinales después de consumir productos lácteos que contienen lactosa, como leche, queso o yogur. Los síntomas comunes incluyen diarrea, gases, hinchazón, malestar abdominal y vómitos. Estos síntomas suelen aparecer a las pocas horas de ingerir alimentos que contienen lactosa.
En casos graves de la sensibilidad a la lactosa, los perros pueden desarrollar intolerancia a la lactosa, que es la incapacidad de tolerar cualquier cantidad de lactosa sin experimentar síntomas. Los perros con intolerancia a la lactosa pueden experimentar síntomas gastrointestinales más graves y persistentes en comparación con aquellos con una sensibilidad a la lactosa más leve.
Queso sin lactosa
El queso sin lactosa puede proporcionar nutrientes esenciales como proteínas, calcio y vitaminas, que son importantes para mantener la salud y el bienestar general de un perro. La proteína favorece el crecimiento y la reparación de los músculos, mientras que el calcio es esencial para la salud y el desarrollo de los huesos.
Puede agregar variedad a la dieta de un perro y servir como una golosina o recompensa de entrenamiento sabrosa y nutritiva. Ofrecer una variedad de sabores y texturas puede ayudar a que la hora de comer sea interesante para los perros y prevenir el aburrimiento dietético.
El queso sin lactosa suele tener menos grasa y calorías en comparación con el queso normal, lo que lo convierte en una opción adecuada para perros con una dieta de control de peso o de calorías.
Si sospechas que tu perro puede tener sensibilidad o intolerancia a la lactosa, es fundamental consultar con su veterinario para un diagnóstico y tratamiento adecuados.
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